México es un país que se había distinguido por la mezcla de su raza indígena con la española, algo que se le llamó mestizaje. Hoy, un tercer origen está saltando en los números del censo nacional: el de los ascendentes africanos que viven en el país, que por primera vez se contabilizan en un sondeo oficial.
Además el INEGI explica que en general esa población vive en la pobreza y son menos educados que el promedio nacional. Sólo el 8.9% de los mayores de 15 años van a la escuela y el 53% de los mayores de 12 participan en alguna actividad económica.
El INEGI también contó que el 82.1% de esa población está afiliada a algún servicio de salud y que su tasa de fecundidad es de 2.4%.
Desde el 2010 diversas organizaciones afro habían luchado para que el organismo los incluyera en su conteo poblacional, explicó el periódico La Jornada. Fue en el 2011 cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) emitió una recomendación al respecto y a partir de ahí el INEGI aceptó meter los datos en su encuesta.
Sin embargo, “no refleja verdaderamente cuántos somos, porque muchos prefieren no asumir esa identidad debido a la discriminación histórica que hemos padecido”, explicó a La Jornada el activista Sergio Peñaloza Pérez.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) celebró, mediante un comunicado de prensa, que por primera vez en el país se tenga conocimiento de esa población.
El Conapred indicó que uno de los principales problemas de la población afrodescendiente en México es que existe poca información respecto a este grupo y a sus necesidades específicas.
Expuso que la escasez de datos estadísticos, información sobre su situación económica y social impiden tener un diagnóstico confiable sobre los niveles de exclusión que padecen en cuanto al acceso a derechos y oportunidades.
Por ello, señaló, la encuesta dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) es un gran avance y una oportunidad para desarrollar políticas públicas, en el corto y mediano plazos, encaminadas a la inclusión e igualdad de cerca de 1.4 millones de personas afromexicanas.
Estos datos estadísticos otorgan visibilidad de las personas afromexicanas, promueven su auto-identificación y permiten impulsar políticas públicas que realmente atiendan su realidad económica y social, mencionó.
En general, añadió, “contar con datos estadísticos por grupos poblacionales es primordial para ser un país pluricultural, a través del reconocimiento de la aportación de distintos pueblos y comunidades y sus raíces en la conformación de nuestra identidad nacional”.
La Encuesta Intercensual 2015 resalta que 1.38 millones de personas radicadas en México son de origen africano, lo que representa el 1.2% de la población: 705,000 mujeres y 677,000 hombres.
El estudio, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), explica que la mayoría de estas personas vive en tres estados costeros: Oaxaca, Veracruz y Guerrero, en donde representan casi el 7% de la población.Además el INEGI explica que en general esa población vive en la pobreza y son menos educados que el promedio nacional. Sólo el 8.9% de los mayores de 15 años van a la escuela y el 53% de los mayores de 12 participan en alguna actividad económica.
El INEGI también contó que el 82.1% de esa población está afiliada a algún servicio de salud y que su tasa de fecundidad es de 2.4%.
Desde el 2010 diversas organizaciones afro habían luchado para que el organismo los incluyera en su conteo poblacional, explicó el periódico La Jornada. Fue en el 2011 cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) emitió una recomendación al respecto y a partir de ahí el INEGI aceptó meter los datos en su encuesta.
Sin embargo, “no refleja verdaderamente cuántos somos, porque muchos prefieren no asumir esa identidad debido a la discriminación histórica que hemos padecido”, explicó a La Jornada el activista Sergio Peñaloza Pérez.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) celebró, mediante un comunicado de prensa, que por primera vez en el país se tenga conocimiento de esa población.
El Conapred indicó que uno de los principales problemas de la población afrodescendiente en México es que existe poca información respecto a este grupo y a sus necesidades específicas.
Expuso que la escasez de datos estadísticos, información sobre su situación económica y social impiden tener un diagnóstico confiable sobre los niveles de exclusión que padecen en cuanto al acceso a derechos y oportunidades.
Por ello, señaló, la encuesta dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) es un gran avance y una oportunidad para desarrollar políticas públicas, en el corto y mediano plazos, encaminadas a la inclusión e igualdad de cerca de 1.4 millones de personas afromexicanas.
Estos datos estadísticos otorgan visibilidad de las personas afromexicanas, promueven su auto-identificación y permiten impulsar políticas públicas que realmente atiendan su realidad económica y social, mencionó.
En general, añadió, “contar con datos estadísticos por grupos poblacionales es primordial para ser un país pluricultural, a través del reconocimiento de la aportación de distintos pueblos y comunidades y sus raíces en la conformación de nuestra identidad nacional”.
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